19 septiembre 2008

40. Mayor eficiacia de la Inspección de Trabajo

Arte Huichol de Jesús Guzmán-Moya
Ahora nos llega la noticia de que los responsables de Trabajo en las Comunidades Autónomas de Galicia, Cataluña y Euskadi, se han reunido en Barcelona y piden al Ministerio de Trabajo, flexibilidad en las políticas activas de ocupación para que cada Comunidad Autónoma las aplique acorde con la coyuntura propia de su mercado laboral.

Los dirigentes de trabajo de las tres Comunidades Autónomas, coinciden en la necesidad de que los Técnicos de Prevención de Riesgos laborales tengan mayor capacidad ejecutiva y, asimismo resaltan la importancia de la transferencia de los servicios de Inspección de Trabajo.

Es claro que los altos ejecutivos políticos de trabajo, con toda seguridad seguidos de otros muchos responsables laborales del espectro español, son conscientes de que la lucha contra los incumplimientos en materia de Prevención de Riesgos Laborales, pasa por la previa conformación de una infraestructura real y actual, acorde con los tiempos, flexible, con capacidad y conocimiento.

En los últimos años, hemos oído hasta la saciedad que las Inspecciones de Trabajo no dan abasto para atender, con profesionalidad las múltiples actuaciones en que son demandados, entre otras, las de más transcendencia, las referentes a la Prevención de Riesgos Laborales. Son importantes las manifestaciones desde la autoridad académica o desde la alta judicatura que coinciden en señalar también, la necesidad de dotar a la Inspección de Trabajo de una mayor formación en materia de salud laboral, quizás porque, a diario somos testigos de que su actuación podría tener mayor contundencia, si dispusieran de un más adecuado manejo de la materia, tanto jurídica como técnicamente.

La solución pasa por la formación, por la creación de órganos exclusivos dedicados a la Prevención de Riesgos, por la integración incluso de los Subinspectores de Empleo en el rango que les corresponde, cuya formación de base, en la mayoría de los casos es más especializada, menos genérica, no teniendo razón de ser dos cuerpos, una subcategoría para hacer prácticamente lo mismo, fiscalizar e intervenir contra la infracción de la normativa; vigilar, controlar y asesorar cara al buen hacer en materia de trabajo, Seguridad Social y empleo. Pasa también, por qué no, por la transferencia de los servicios de inspección a las Comunidades Autónomas, más acorde con el ámbito que regula la salud, el empleo y las relaciones laborales.

Todo ello, redundará sin ninguna duda, en una mayor eficacia de la Inspección de Trabajo, al ser verdaderamente prácticos. Salvo mejor parecer. Baldomero Gómez

09 septiembre 2008

39. Ciertamente tiempos duros pero, ¡ya se verá!

Bueno, nos dicen que los juzgados de lo mercantil se van a ver saturados por la cantidad de procesos concursales que se avecinan. Los parados llegan a 2.380.000. Por otra parte, es cierto que no resulta habitual encontrar asociaciones de parados que, de manera directa intenten paliar la problemática acuciante del desempleo, desde una perspectiva propia y directa, organizada desde dentro, aprovechando los propios recursos, uno de ellos el más valioso, su propio tiempo, en buscar soluciones razonadas y tratadas de una manera técnica. La desidia y el desamparo que provoca la propia situación, al quedarse sin empleo, son la causa de que un colectivo tan importante no se haya planteado crear asociaciones. Los sindicatos actúan con una parsimonia cuando menos sospechosa, entre sus filas y como dirigentes de cierto nivel disponen de cuadros importantes, cualificados y comprometidos, pero pudiera ser que fallen las altas esferas, acostumbradas a los tiempos de bonanza, se han acomodado y en consecuencia distanciado de lo que es la razón de ser de la propia organización, centrados en cursos de formación y sus subvenciones; a mi humilde entender disponen de recursos para actuar en ciertos asuntos más directos, relacionados con el desempleo y con la contratación temporal pero, no lo hacen, ¿por qué?. Por contra, en algunas administraciones, la autoridad laboral como la de la Xunta de Galicia planta cara a la situación haciendo una labor destacable, consensuada, acertada, clara y tangible a la que sólo le falta compromiso de ciertas organizaciones y estamentos, aparentemente reacias a tomar iniciativas. No tiene relación directa, esta cuestión, con asuntos partidistas o de cariz electoral, aunque también, lógicamente por tratarse de una de las condiciones más elementales, la razón de ser como ciudadanos de un Estado social y democrático de derecho, el trabajo y sus condiciones laborales que, a su vez son elemento base de su propia vida El iuslaboralista en su amplia concepción, aquel que siente pasión por las relaciones laborales y el derecho del trabajo, el vocacional, tiene mucho que decir justo ahora. Es llamativa, también la falta de contundencia a la hora de exigir el fiel cumplimiento de las leyes en materia de prevención de riesgos y salud laboral (cumplir la ley), resulta escandaloso comprobar que a diario mueren personas por motivos que se han podido evitar y justamente al lado de quienes hacen una tibia y moderada protesta, se están produciendo irregularidades de igual calibre, haciéndose vista gorda, pasándose fríamente de las malas condiciones que traen enfermedad profesional o provocan accidentes de trabajo y resultan muy caras, una vez se han producido. Oír que un alto cargo sindical, diga que está llegando el momento de exigir el pleno cumplimiento de las normas sobre prevención de riesgos laborales, es tanto como declarar que se ha estado mirando para otro lado. Tiempos ciertamente duros pero, las cosas podrían estar cambiando, ¡ya se verá! Salvo mejor parecer Baldomero Gómez